Sus secretos

Ayer cuando mi mujer vino a buscarme al trabajo, la note algo rara, no se si irritada o molesta. Solo me decía "yo también tengo secretos". Dialogamos sobre este blog y lo que hay alrededor, y ella volvía a insistir "yo también tengo mis secretos". y yo ¡ah! ¿si?
En la pareja es sano tener cada uno una parcelita, una parcelita que nadie toque, que sea solo de esa persona y la otra casi no sepa ni que existe. Al menos es lo que me decían a mi en clase de "Terapia familiar y de pareja". Apoyo esta teoría, es sano y necesario. Pero.. ¿hasta que punto? Desde pequeños tenemos inocentes secretos "mamá no lo sabe pero me he escondido parte del filete en la bata del comedor del colegio, le he cogido 5 ptas de la cartera, me gusta la vecinita..". Pero cuando somos mayores nuestros secretos no son tan inocentes. Estos secretos, en ocasiones provocan grandes rupturas, ya que no son simples secretos, sino que pasan a engaño. Y es ahí el problema, cuando se abusa de los secretos. Y los secretos hieren.
Los secretos son enigmáticos, atractivos y en ocasiones inocentes. En el caso de mi mujer, su secreto era precioso. El secreto que me encontré fue este:

Mis secretos

Sabes que a veces sueño
que no te has ido?

Y susurro palabras que ni yo entiendo,

¿Sabes que a menudo siento
que me he perdido?

Y desnuda aclamo un breve encuentro.

Pequeño momento
con tus pequeños latidos
Diablo sediento
de sentimientos perdidos.

Aqui te espero
Espero tus gemidos
una realidad que me despierte
Loca,
Ahora que me he dormido.

¿De verdad que no vas a entrar por esa puerta,
Que tus ojos se habrán escondido,
y tus manos no serán mis manos,
y tu pajaros,
Ya nunca volarán con los mios?

¿Sabes que a menudo siento
el miedo
el frío
y el hastío?

¿sabes que casi siempre tengo celos?
De lo tuyo
y de lo mio.

¿Sabes que no sé cual es el nombre?
¿sabes reina,
que conozco a cupido?

¿Sabías que por cada minuto que pierdo sin ti,
me congelo de frío?

¿De verdad qué no vas a entrar en mi cama?
Será cierto que hoy desemboca mi río
en esta cuna de lamentos
de castidad descoloridos.

¿Sabes que me se la pregunta
que hacen se hacen tus amantes y los míos?…

En qué momento perdí la cuenta
que te hubiera mantenido…