tic, tac, tic, tac...
Como dice una canción el tiempo pasa y no se detiene. Es constante... Un dia te miras al espejo y no te reconoces. ¿Eres tu? Has cambiado. Has evolucionado por dentro y por fuera, sin siquiera darte cuenta. Los cambios eran a veces tan imperceptibles, tan pequeños y sutiles que no los has apreciado, y no se ven resultados a corto plazo, hay que esperar años para ver tu obra. Nuestro cuerpo y nuestra mente siguen, no se detienen, cada decisión por pequeña que sea influye. A veces nos abandonamos, no nos cuidamos, no recogemos ese tiempo y no lo aprovechamos para nosotros mismos. Nos dejamos llevar por la inercia del mundo, por el ritmo tan caótico y vertiginoso en el que estamos sumidos. Y para cuando nos damos cuenta estamos mareados y no conseguimos recordar como hemos llegado hasta ahí. El día que te levantas y no te reconoces, es momento de bajarse. De parar, de pensar, de renovar, de recuperar esos momentos que hemos dejado escapar. Es momento de retomar las riendas de tu vida, dejar las moradas y las "coloras" en el pasado, porque es eso pasado. Y das ese paso, saltas del mundo. Es momento de cuidarse de mimarse, porque si no lo haces tu ¿quien lo va a hacer? Sal, cambiate el look, disfruta con los tuyos, leete ese libro que siempre te está esperando, llama a ese amigo/a que llevas tiempo para quedar con el/ella, tomate un café tu sola/o observando a tu alrededor, siéntate o tumbate en un cesped recien cortado, oye las risas de los niños, respira, huele, saborea, toca, mira, vuelve a vivir.
Tic, tac, tic, tac...