lunes, 29 de junio de 2009

Michael Jackson

El pasado jueves por la noche, a eso de las doce menos algo, recibo un sms de mi hermano, en el que ponía "Michael Jackson ha muerto". Al principio pensé que estaba de coña, no me lo creía. Pero me senté en el ordenador y ahí estaban las noticias desde Estados Unidos. Era cierto.

Hoy, aún no me lo creo. Para mi es como si no se hubiera muerto, sigue presente. Nos ha dejado un buen legado, unas canciones irrepetibles, un estilo propio, este era y es Michael Jackson.

Hasta siempre.


viernes, 26 de junio de 2009

Ya no queda na.

Después de algo así como cinco años con un viaje hacia si misma en medio, vuelve Bebe. Fue gracias a mi hermano que la vio en el Actual de Logroño en Enero del año 2004, que conocí a esta cantante tan auténtica.

Ella ha ido dejándonos a lo largo de esta semana los nuevos temas, para que nos vayamos familiarizando con ellos en la página de Rtve http://www.rtve.es/promociones/bebe/
Y aquí está uno, bueno un cachito, como dice ella, de "Pa mi casa", de los temas más alegres de este peazo de disco. Que ganas de tenerlo ya en las manos.

Gracias Bebe por volver.

http://labebebellota.com/




jueves, 18 de junio de 2009

Reparando viejas y nuevas heridas.

Han pasado varios meses desde la última vez que escribí por aquí, y digo por aquí porque el facebook es diariamente actualizado. Han cambiado muchas cosas en mi. Ya no me excedo en preocupaciones absurdas que puede que no pasen nunca, tampoco, me recreo en mi propia tristeza. Poco a poco voy saliendo del agujero en el que estaba metida, y en el cual no veía modo de salir. Pero gracias, al deporte, yoga, terapia... etc. mi vida o la visión de mi vida está cambiando. Ya no me cuesta levantarme por las mañanas, sonrío casi todos los días, abrazo todos los días, y procuro disfrutar de las pequeñas cosas diariamente. Porque eso es la vida, disfrutar de lo que se tiene, y cuando vengan los problemas afrontarlos, pero mientras tanto no fantasear con ellos. Eso si, para llegar a este punto he tenido que poner muchísimo de mi parte y me han tenido que ayudar, muchas veces, pero con voluntad todo en esta vida se consigue. Los pequeños retos te llevan a la meta.

Y me encuentro en un punto de mi vida, de autoconocimento, aprendizaje y crecimiento. Tanto, que vuelvo a tener ganas de dibujar, de pintar, de plasmar mi visión de la vida. Ahora vuelvo a disfrutar.

Gracias a ti, por estar ahí siempre.

Aquí os dejo el cuento de Jorge Bucay que me recuerda que hay momentos en la vida, en las que hay que parar para seguir adelante:

Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel.
El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó 18 árboles.

- Te felicito -le dijo el capataz -. Sigue así.

Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano. A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de 15 árboles. - Debo estar cansado - pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol.

Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de 18 árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron 7, luego 5, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol. Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento. El capataz le preguntó: "¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?".

- ¿Afilar? No he tenido tiempo de afilar: he estado demasiado ocupado talando árboles.


¿De qué sirve, empezar con un enorme esfuerzo que pronto se volverá insuficiente? Cuando me esfuerzo, el tiempo de recuperación nunca es suficiente para optimizar mi rendimiento. Descansar, cambiar de ocupación, hacer otras cosas, es muchas veces una manera de afilar nuestras herramientas. Seguir haciendo algo a la fuerza, en cambio, es un vano intento de reemplazar con voluntad la incapacidad de un individuo en un momento determinado.